Un caballo moribundo, abandonado por unos chicos que pasaban en un carro, fue salvado gracias a la solidaridad espontánea de vecinos del Cerro de las Rosas. La calle José Gigena al 1950 se revolucionó entre el sábado y ayer: el animal estaba tirado en la calle y la Policía sugirió que la única alternativa era sacrificarlo.
Pero los vecinos se negaron; lo cuidaron de día, pasaron la noche junto a él, lo alimentaron (“el animal comía desesperado”, contó Cristina), cubrieron su cuerpo con mantas debido a las bajas temperaturas, lo hicieron atender por una veterinaria, lo abrazaron... Y lo salvaron.
Ayer, demostró una importante mejoría incorporándose por sus propios medios y fue trasladado al campo de un vecino que se ofreció a tenerlo.
Al margen: ... me pregunto dónde están los noticieros cuando aparecen casos como éste y que no debe ser el único...
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